Me gustaría dedicar esta entrada a Agustín del Valle, profesor del módulo Entorno Económico, del Executive MBA 2015-16 de la Escuela de Organización Industrial de Sevilla. Aprovecho para darle las gracias por acercarme al entorno económico en el que vivimos desde un pensamiento crítico.
Para tratar el tema de esta entrada podría empezar con una adivinanza: algo que es real, se puede medir, se conoce, se tiene pruebas de su existencia... pero no existe. Exactamente, me refiero a la economía sumergida.
Por qué he elegido este tema:
1. Por sus dimensiones en España.
2. Porque se encuentra prácticamente en todos los sectores económicos.
3. Por la relación que tiene con la corrupción.
4. Por las causas que la fomentan.
5. Por sus consecuencias.
6. Porque me afecta como contribuyente y emprendedor.
2. Porque se encuentra prácticamente en todos los sectores económicos.
3. Por la relación que tiene con la corrupción.
4. Por las causas que la fomentan.
5. Por sus consecuencias.
6. Porque me afecta como contribuyente y emprendedor.
Me gustaría empezar por definir el término economía sumergida: es la suma de de la economía informal y la ilegal. La economía informal o irregular es actividad económica legal aunque oculta a efectos registrales por razones de elusión fiscal o de control administrativo. La economía ilegal lo es por su propia naturaleza, por ejemplo el tráfico de drogas. (Wikipedia)
Las dimensiones. En cuanto a sus dimensiones, se calcula que la economía sumergida en España
es de alrededor del 18,6% del PIB. Se
observan diferencias apreciables entre algunos países ya que esta tasa es el doble de países como Alemania, Francia
o Reino Unido. Por otro lado, por encima de España se encuentran algunos países del este con alrededor del 30%.
El problema de la economía sumergida no es sólo el dato
actual sino la tendencia creciente que se observa. Entre 1980 y la actualidad, la
economía no declarada se ha multiplicado por cuatro, mientras que el PIB se ha
duplicado. Este crecimiento de la no economía parece que se estabilizó por la caída del sector de
la construcción al comienzo de la crisis.
Los sectores económicos. Dentro de los sectores económicos donde se encuentra la economía sumergida, la construcción parece ser el sector con mayor economía oculta
con un tercio de su actividad en B. Con la caída de la construcción, por la crisis, muchos de los trabajos relacionados con reformas en los hogares y empresas siguen sin
declararse. Después de la construcción la economía sumergida se refugia en el
sector de industria y manufacturero (24% de su PIB) seguido de las ventas
mayoristas y minoristas (20% de su PIB) y restaurantes (15%). Estos datos indican que no se trata de sectores marginales o al margen de la ley, economía ilegal, sino sectores sobre los cuales se sostiene la economía del país. Esto hace cuestionarse la fortaleza de nuestra economía.
Parece claro que los pagos en metálico favorecen el
dinero negro. Muchos negocios hablan de doble contabilidad como si fuera parte
del Plan General Contable. ¿Quién no ha escuchado a la hora de pagar una
factura la pregunta: con IVA o sin IVA? Es tremendo que esta práctica sea tan
habitual y no esté mal vista. Incluso puede estar mal visto no entrar en el
juego. Sin duda, España tiene que hacer un ejercicio muy serio de madurez y
afrontar los abonos correspondientes de cualquier compra de bienes o servicios. Y en este punto, tan responsables son los que no emiten facturas como los que aceptan no pagarlas. Es tal el grado de aceptación de estas prácticas que hasta el mismo partido político en el gobierno de España las practica sin que parezca que sea un asunto de gran importancia.
Economía sumergida y corrupción. Uno de los aspectos más preocupantes de la economía sumergida es su relación con la corrupción. Existen informes que relacionan la economía sumergida con la corrupción: "cuanto más alto es el nivel de corrupción
percibido en el sector público, mayor es la equivalencia de la economía
sumergida". Esto significa que luchar contra la economía sumergida es luchar
contra la corrupción. Mucho dinero negro fruto de la corrupción tiene como destino los paraísos fiscales. Esta práctica de esconder dinero en paraísos fiscales forma parte, no solo de políticos y empresarios, sino de personas de los diferentes sectores de la sociedad, incluidos famosos deportistas. Todo el mundo tiene derecho a tener su dinero donde considere más conveniente, incluso en paraísos fiscales, pero es por todos sabido que estos paraísos favorecen la invisibilidad de este dinero por sus regímenes tributarios tan particulares y la falta de transparencia. Estos paraísos también favorecen la especulación financiera, creando inestabilidad en los mercados. Sería lógico pensar que los gobiernos deberían luchar por una mayor transparencia en estos paraísos pero parece no ser así y mi pregunta es ¿por qué? Porque no les interesa. El Gobierno de España, a través del Ministerio de Hacienda, conoce perfectamente todos los movimientos fiscales y económicos de los contribuyentes y debería ser capaz de conocer los movimientos de las personas que envían grandes cantidades de dinero a estos paraísos.
Las causas. Muchas de las causas de la economía informal o irregular parecen estar en el propio sistema. Según varios informes, la elevada
presión fiscal hace que muchas empresas paguen sueldos en dinero negro. Incluso hay muchas empresas que declaran que no podrían subsistir si tuvieran que cumplir con las cotizaciones correspondientes de los sueldos de sus trabajadores. Sobre este punto yo creo que el empresario español tiene que ser consecuente con sus decisiones. En muchas ocasiones, a la hora de emprender un negocio, no somos conscientes de los gastos que conlleva dicha actividad. Es común que personas abran una empresa sin un plan financiero, o a medida que la empresa crece lo hace ganando competitividad a través de eliminar o reducir gastos en seguros sociales o impuestos de sociedades en vez de en I+D+i. La realidad empresarial es que hay unos pagos a la seguridad social (30% del sueldo del trabajador aproximadamente) que corresponde a la empresa y con el que muchas veces no se había contado, así como otros gastos asociados a la actividad empresarial: seguros de responsabilidad civil, Ley Orgánica de Prevención de Riesgos laborales, Ley Orgánica de Protección de Datos. No es razonable que una empresa tenga que operar en "B" para poder subsistir. Si realmente ese es el caso quizá sea el momento de cambiar el modelo de negocio o cerrar. Por otro lado, el gobierno debería facilitar o eliminar estos pagos en los primeros meses de actividad de la empresa o en momentos en los que la empresa esté pasando por dificultades económicas, como los que se han producido durante la crisis. ¿Qué es mejor para el gobierno, que una empresa cierre o retrase sus pagos a la seguridad social o incluso que deje de pagarlos durante un número limitado de meses? Es cierto que los pagos a la seguridad social se pueden retrasar, eso sí, con el consiguiente recargo. La elevada cuantía que corresponde pagar a los Autónomos en España, independientemente de su facturación, hace que su actividad empresarial sea tremendamente difícil de sostener a lo largo del tiempo dentro del marco legal. Este es otro motivo que favorece la economía sumergida.
Como vamos viendo la economía sumergida no se se encuentra solo en grandes empresas, sino que empresas pequeñas también mueven gran cantidad de dinero negro proporcionalmente. Parece que es más fácil hacer desaparecer este dinero cuando hay menos gente involucrada o cuando los empleados son miembros de la familia: dinero que va del bolsillo del cliente al bolsillo del empresario sin dejar rastro. Por otro lado, es más fácil para una pequeña empresa tener trabajadores sin contrato ya que estas empresas carecen de organismos propios que los protejan como los comités de empresa o representantes sindicales. Una empresa grande, por lo general, cumple con los pagos de impuestos como el IVA y las cotizaciones a la seguridad social. Sin embargo, por otro lado, las grandes empresas conocen estrategias para mover grandes sumas de dinero de forma que aumenten sus ganancias considerablemente, pero aquí estaríamos hablando quizá de especulación financiera, como hemos dicho anteriormente, para aprovecharse de un sistema que, sin duda, lo favorece.
Otra de las causas de la economía sumergida se puede encontrar en la rigidez del mercado laboral, que también influye en el flujo de dinero negro. Los contratos laborales no están alineadas con las necesidades de las empresas. Yo mismo sufro esto en mi propia empresa cuando necesito una persona para una o dos horas un día determinado para hacer un trabajo concreto. Si esta persona no es autónoma el trabajo administrativo que supone gestionar su contrato es enorme en comparación con el trabajo en sí. De ahí que muchas empresas paguen estos trabajos esporádicos en negro. Los últimos cambios legislativos han supuesto una reducción en las indemnizaciones de los trabajadores a la hora de rescindir su contrato, sin embargo, la contratación sigue sin acomodarse a las necesidades de las empresas. Si las empresas pudieran contratar personas de forma más ágil y acertada, se firmarían más contratos aumentando los ingresos a la seguridad social.
Pero una de las causas de esta economía la encontramos en nuestra cultura. En España la cultura de la picaresca sigue muy presente en nuestros días y, en gran medida, está aceptado hacer la trampa cuando se presenta la ocasión. La extensión del dinero negro es tan grande que parece una práctica normal, lo que a su vez fomenta más esta práctica. No puedo dejar de pensar en la novela picaresca española que surgió, irónicamente, en el Siglo de Oro de las letras españolas. Ya apareció como predecesora de esta novela picaresca El Lazarillo de Tormes. El Lazarillo es un maravilloso ejemplo de supervivencia que queda reflejada con gran acierto en un momento de la obra de la
siguiente manera: "...he alcanzado la
felicidad, pero para ello he debido perder la honra". A pesar de los enormes avances
tecnológicos de estos años, los valores parecen haberse quedado anclados en el pasado. Debemos ser conscientes de que, en gran medida, la economía
sumergida la fomentamos la gran mayoría de nosotros mucho más de lo que en un principio podríamos pensar.
Irónicamente algunos expertos ven algunos efectos positivos también, aunque, personalmente considero cuestionable ver estos efectos como algo positivo cuando son consecuencia de situaciones de irregularidad. Entre estos efectos positivos está el hecho de ser una válvula de escape en momentos como el actual ya que genera unos empleos que difícilmente existirían si no fuera así. También es cierto que frena la conflictividad social en un momento de crisis profunda y desigualdad como la que estamos viviendo. El problema que yo veo es que esta economía sumergida no es fruto de una situación de crisis ya que en los años 80 y 90 creció de forma desmesurada paralelamente a un gran crecimiento económico. De hecho, la burbuja de la construcción contribuyó en gran medida al aumento del dinero negro. Mi opinión es que la crisis sirve de excusa para justificar ante la sociedad prácticas irregulares. Volvemos al Lazarillo.
Una de las consecuencias que me gustaría desarrollar es el efecto que tiene en las empresas en cuanto a la competitividad desigual que produce. Me centraré en mi sector ya que es el que más conozco pero esta reflexión se podría extrapolar a otros sectores económicos. Un centro de idiomas, podemos llamarlo B, que no ofrece contratos a sus empleados o paga parte de su sueldo en B tiene un ahorro del 30% aproximadamente en concepto de seguridad social: si el profesor cobra 1500€ al mes, la empresa se puede ahorrar hasta unos 450€. Si esa misma empresa paga sus facturas en metálico sin reflejarlas en su contabilidad, tendrá un ahorro del IVA correspondiente. Si ese centro no declara todos sus ingresos, y tiene beneficios, dejará de pagar los impuestos de sociedades correspondientes a ese resultado positivo que será del 25-30%. Este centro B podrá ofrecer unos servicios considerablemente más bajos que otro centro que lleva a cabo su actividad profesional dentro del marco legal. Este es un enorme problema para las empresas ya que hace que las empresas B sean más productivas que las A de cara al consumidor. Pero aquí no estamos hablando de competitividad sino de competencia desleal. Este centro B, además de defraudar a sus empleados y clientes, está defraudando al Estado y a la sociedad que dejará de recibir unos servicios públicos como consecuencia de esa merma de ingresos. La economía irregular en este sentido hace mucho daño a las empresas que operamos dentro del marco legal ya que devalúan nuestros servicios y/o productos.
Posibles soluciones. ¿Tiene solución la economía sumergida?
Teniendo en cuenta todo lo anterior podríamos contemplar:
- Una mayor flexibilidad en el mercado laboral ajustándose los modelos de contratos a la realidad de las empresas.
- Revisar la regulación sobre salarios mínimos y políticas activas de empleo.
- Simplificar las figuras impositivas.
- Combatir los paraísos fiscales.
- Potenciar las actuaciones de la inspección.
- Fomentar los pagos electrónicos.
- Eliminar los billetes de 500 y 200 euros.
- Incrementar las medidas incentivadoras a las empresas para animarlas a la contratación.
Algunos expertos apuestan por fomentar el contrato temporal como forma de luchar contra el empleo no declarado, pero las cifras dicen que España tiene un elevado número de empleos temporales siendo, de hecho, éste uno de los problemas de la baja productividad de nuestras empresas. Esto me hace dudar de la eficacia que esta medida tendría.
Antes de terminar me gustaría hacer una reflexión sobre la economía fruto de actividades ilegales: la economía ilegal. Dentro de esta economía podemos identificar el tráfico de armas, el tráfico y consumo de drogas y la prostitución. Actividades reales que, sin embargo, son ignoradas fiscalmente. Los gobiernos hablan de legalizar el consumo de algunas drogas de la misma manera que es legal el consumo de alcohol y tabaco. También se debate sobre la conveniencia o no de legalizar la que se conoce como la actividad económica más antigua: la prostitución. Sin embargo, estas actividades siguen formando parte de esa economía ilegal que no hace sino fomentar, además de la economía sumergida, la corrupción y deshumanización de dichas actividades. Pero aquí ya no estamos hablando de economía sino de moral. Y la moral no se puede plasmar en una gráfica. Ese es otro debate.
La economía sumergida es una realidad conocida y aceptada por la sociedad. En gran medida, todos participamos en ella de una manera u otra o, por lo menos, permitimos que siga produciéndose al mantener una actitud pasiva. El elevado índice de economía sumergida en España hace que cualquier reforma en este sentido tenga grandes consecuencias económicas por lo que los políticos no se enfrentan a este problema con decisión, lo cual a su vez fomenta que siga creciendo, lo que hará que sea más difícil su erradicación.... Los políticos conocen formas de minimizar su volumen pero se interponen intereses y la moral. En definitiva, nuestra economía no podrá ser una economía fuerte y sostenible a medio plazo hasta que no seamos capaces de hablar de economía, simplemente de economía.