domingo, 27 de febrero de 2011

Los Gadaffis empresariales


Utilizo una figura política muy de moda ahora mismo para esta entrada ya que veo un  paralelismo entre lo que está pasando en el mundo con Gaddafi y las empresas. Muchas veces me he preguntado ¿cómo es posible que Muamar al Gaddafi haya sido recibido en numerosas ocasiones por los líderes de los grandes países democráticos con la parafernalia propia de los grandes protagonistas internacionales? ¿Es que estos presidentes o primeros ministros no sabían con quién trataban?



A mí siempre me parecían grandes gestos de cinismo. Cinismo tal que era vergonzoso e incluso difícil de justificar. Pero, sin duda, había razones poderosas para hacer lo que parecía imposible. En esos momentos de contrariedad los valores de los que tanto presumen los políticos democráticos como la libertad, la igualdad y la justicia quedaban arrinconados en un armario oscuro. Se olvidan por unos momentos para poder estrechar las manos manchadas de sangre.




¿Cómo se pueden arrinconar esos valores en los que supuestamente se basan los estados democráticos y que tanto sudor y sangre han costado alcanzar? ¿Qué otros valores superiores hay que lo hace posible? Los valores económicos…pero no creo que sean valores en sí sino intereses, intereses económicos. Parece que los intereses económicos hacen sombra a los valores humanos. ¡A los valores humanos!


"Petróleo...primero
Petróleo...segundo
Petróleo...tercero
La población de Libia lo último"
Si no fuera por los intereses económicos, a Gaddafi, como a otros viles personajes, se le hubiera puesto en el lugar que le corresponde: lejos de cualquier otra persona. Y ¿qué tiene esto que ver con las empresas? Los valores. Hay empresas con intereses económicos tan fuertes que se ciegan para obtener los mayores beneficios lo antes posible. En ese camino dejan de lado los valores  e incluso son capaces de dejar algún cadáver por el camino, metafóricamente hablando…o no. Así como los dirigentes políticos deben alinear sus objetivos nacionales con el desarrollo de su país incluyendo su población, el medioambiente y su entorno internacional, las empresas deben alinear sus objetivos empresariales con el desarrollo de sus grupos de interés así como el entorno que les sostiene. De la misma manera que las revueltas sociales parece que van echando a los Gaddafis de la esfera internacional, la formación y el desarrollo pueden hacer cambiar la forma de liderar de los gaddafis empresariales. Pero sin sangre, por favor.

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