Creo que
ceñirse a vender un producto o un servicio puede ser un punto de inicio erróneo
o, por lo menos, poco enriquecedor. Sin embargo, si transformamos esa acción de
venta en ofrecer una
experiencia personal la
estrategia será totalmente distinta y nos llevará mucho más lejos.
Lo podemos ver
con un ejemplo. Cuando vamos a un hotel, en principio, lo que compramos es una
habitación y una cama. Sin embargo, si cuando al llegar te ofrecen una bebida o
unas galletas, te dejan en la habitación el pronóstico del tiempo para el día
siguiente, te informan de los servicios del hotel con detalle, te dejan el periódico
en la puerta a primera hora de la mañana, te preguntan si necesitas un paraguas
antes de salir ... lo que están haciendo es ofrecerte una experiencia personal
y que, cuando dejes el hotel, te hayas convertido en un cliente fiel, en un
fan.
¿Una habitación? o |
¿Una experiencia? |
Esto es precisamente lo que las empresas queremos, tener fans. Como muy bien
defiende Belén Laguna de Itínera que me ha pasado este vídeo que habla de la diferencia
entre los comportamientos de los clientes y de los fans.
- A los clientes hay que seducirlos. Los fans vienen por sí solos.
- Los clientes te dan dinero. Los fans te dan su corazón.
- Los clientes buscan rebajas. Los fans buscan un buen trabajo.
- Los clientes se quejan. Los fans perdonan.
- Los clientes nos critican. Los fans nos hacen publicidad.
- Los clientes cambian. Los fans permanecen.
Tener fans no es tarea fácil, a los fans hay que conquistarlos con un buen trabajo, con pasión, compartiendo experiencias y éxitos.
Sin duda, el punto
de partida debe ser muy diferente. Si yo quiero vender un producto me centraré
en describir el producto, señalar el valor añadido de dicho producto, las garantías
que ofrece y el precio. Sin embargo, si parto de ofrecer una experiencia personal
además de lo anterior me centraré en el bienestar del cliente, desarrollaré una
estrategia para ganarme su confianza, tendré un trato mucho más personal, me mostraré
más cercano, me preocuparé de que se sienta cómodo, me aseguraré de que nos entendamos,
responderé a sus mensajes tanto verbales como físicos, habrá una empatía inconsciente,
en conclusión: lo conquistaré. Y de eso se trata, de conquistar clientes con la
cabeza y el corazón.
sí señor, muy interesante y didáctica esa comparación entre clientes y fans...
ResponderEliminarLas experiencias marcan, calan y se graban en nuestra mente. En definitiva, el apego a un servicio, producto o marca, es una cuestión de emociones a través de un vínculo que no se puede medir.
ResponderEliminarLa experiencia única la vive el fans, la busca el fans y nos la regala el fans.
ResponderEliminarGracias por la reflexión.
¿Clientes o Fans? El concepto de experiencia que le hace sentir único a un cliente, comienza a estar presente en las organizaciones, pues al fin nos estamos dando cuenta del papel crucial de las emociones. gracias por la reflexión, Borja.
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